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domingo, 9 de mayo de 2010

Madrid, Madrid, Madrid

Es única y no somos conscientes de ello hasta que salimos de España. Es necesario echar un vistazo por el resto de las grandes capitales de Europa para darse cuenta. Con esto no quiero decir que Madrid sea una ciudad perfecta., porque tienes sus defectos. Pero sobretodo me quedo con sus virtudes, sus gentes, la atmósfera que envuelve a la ciudad y que hace que nos sintamos orgullosos de Madrid. No importa si eres oriundo de la Comunidad o provienes de otro rincón, lo que realmente importa es que te sentirás parte de ella.

En multitud de ocasiones hemos escuchado a madrileños despotricar contra la red de transportes de la capital, quejas sobre el funcionamiento del metro, las líneas de autobuses, que si no tiene playa, el tráfico, el ruido, el estrés y un largo etcétera. En muchas ocasiones es cierto que no funciona una línea de metro, que el autobús no viene, La Castellana está parada, el ruido de los coches enfurece a más de uno, las prisas de los ciudadanos por llegar a su hora al trabajo desquician y en cuanto a que no hay playa, no hay discusión.

Pero pocas ciudades cuentan con servicios de transportes las 24 horas del día, una red de metro tan amplia, accesible y limpia como la de Madrid. El Madrid de los Austrias, la Gran Vía, el Parque del Retiro, el Paseo de Recoletos, la plaza de Santa Ana…hacen de Madrid una ciudad realmente fascinante. Fascinante de día y de noche, a medio día y por la tarde. Porque a cualquier hora, busques lo que busques, lo encontrarás.

La oferta cultural es extraordinaria, ya que la capital cuenta con varios de los museos más importantes del mundo y actuaciones de los artistas mas reconocidos. Además, Madrid es una de las urbes con mayor índice de zonas verdes y una de las capitales que más apuesta por el deporte. Cada domingo podemos disfrutar de la pasión de dos grandes equipos de fútbol, del baloncesto, de competiciones de tenis y de una infinidad de deportes. Aunque no seamos olímpicos, apostamos por el deporte y de ello también nos sentimos orgullosos.

Aunque el tiempo parece estar desorientado, y no solo en España, la ciudad, por su clima continental aglutina el frió y el calor. Las ganas de dar un paseo, disfrutar de las cientos de terrazas junto a una cerveza Mahou, tomar el sol en una plaza o simplemente contemplar el cielo de Madrid, a escasos metros de ella. El invierno tampoco deja indiferente a nadie. La ciudad iluminada por navidad, colorida, viva y repleta de personas buscando el regalo perfecto para una persona querida. Aprovechas para entrar en una cafetería típica madrileña, con un chocolate caliente y unas porritas. La Plaza Mayor, con sus tenderetes y personas disfrazadas, posponiendo sus inquietudes por vivir un instante mágico. Además encontramos a cientos de ciudadanos buscando el décimo de lotería que les cambie la vida, en busca de fortuna, de una vida mejor y de suerte. Pero reconozcamos que que esa suerte comienza en Madrid.

jueves, 6 de mayo de 2010

Ángel Sanchez: "La gente me conoce por lo que fui y no por lo que soy"

En OcioSapiens hemos tenido la oportunidad de hablar con uno de los djs más reconocidos de los últimos años en este país. Precursor de la fiesta "Madrid no duerme", Ángel Sánchez nos cuenta como está el panorama musical en la noche de la capital y como se ve en el futuro dentro de esta escena.


P. ¿Qué se siente al ser un referente de la música electrónica de finales de los 90 y principios del nuevo siglo en España?

R. Las referencias las marca el público. A mi me satisface poder representar una pequeña parte de lo que fue aquella maravillosa época, pero como digo, es sólo una pequeña proporción.

P. A pesar que has continuado tu evolución musical, ¿sientes que el éxito obtenido durante esa época te ha encasillado?

R. La música es como la vida, evoluciona. Por eso creo que mi estilo no debía quedarse inamovible porque ahí sí que realmente llegaría el problema. Lo que es verdad, y soy consciente de ello, es que la gente me conoce por lo que fui y no por lo que soy.

P. Durante estos dos o tres últimos años se está abusando en exceso desde algunas salas del tirón económico del “remember”, ¿crees que es un estilo en peligro de extinción?

R.Como la música en general todo cambia y evoluciona, pero no creo que se extinga. La música es duradera, permanente e inmortal.

P. ¿Qué piensas que ha fallado para que las grandes salas de la capital no siguiesen apostando por el progresive o hard-trance? ¿Crees que puede volver algún día?

R. Creo que el negocio de la noche al final es lo que se ha impuesto por encima de gustos musicales. La moda, junto con las tendencias que se promocionan en las radios también ha colaborado en ese sentido, aunque en menor medida. Sinceramente creo que hoy por hoy es imposible pensar que puede volver.

P. Los mejores djs de techno a nivel mundial pasan con bastante frecuencia por nuestra ciudad. Sin embargo, los nombres más reconocidos del mundo (Armin, Tiesto, Paul Van Dyk..) lo hacen con menos asiduidad. ¿A qué crees que se debe esta situación?

R. Como he dicho antes, el dinero es el dinero. Ahora mismo ciertos nombres te garantizan un lleno por encima de un estilo musical y creo que es ahí donde reside la elección por parte de las promotoras para crear fiestas.


P. ¿Cómo surgió la idea de “Madrid no Duerme”? ¿Qué significa para ti?

R. La frase que identifica la fiesta es su seña de identidad. Buscábamos algo que fuera llamativo y creo que lo conseguimos. Para mi es la noche en la capital.

P. ¿Qué te parece que Abel Ramos haya decidido no volver a repetir su fiesta “10 años de música?

R. Abel es otro de los pedacitos de lo que hablábamos antes sobre la noche de los 90, pero él ha decidido continuar con su progresión para seguir labrándose un futuro. Por cierto, gracias a eso se está haciendo un hueco en Europa.

P. ¿Cómo ves el panorama musical que hay actualmente en la noche de Madrid?

R. Madrid es la capital de España, hay de todo y eso es lo positivo. Es entendible que a veces se añoren las fiestas de antes pero ahora mismo es casi imposible que te guste algo en Madrid y no encontrarlo.

P. Para terminar, ¿en qué situación, musicalmente hablando, te ves en el futuro?

R. Espero, primeramente, poder seguir en esto que es un sueño que he perseguido desde hace años. Una vez conseguido eso, poder seguir haciendo disfrutar y bailar al público que es lo principal en este mundo; sin público no eres nada.

Raúl Vialás

miércoles, 5 de mayo de 2010

Botellón cultural en la Noche de Max Estrella


Los curiosos y amantes del teatro volvieron a recorrer el pasado 26 de marzo los escenarios de Luces de Bohemia de Valle-Inclan, las calles del Madrid más esperpéntico. Cada año se repite el homenaje al dramaturgo, que ya se ha convertido en tradición, después de trece marchas de lo más exitosas. Esta vez Valle-Inclán y todos sus seguidores estuvieron acompañados de Miguel Hernández, que agradecía emocionado desde las alturas que se conmemorara de ese modo el centenario de su nacimiento.

Se equivocó Don Ramón del Valle-Inclán en el final de su novela, porque muchos fueron los testigos de que Max Estrella sigue vivo, ¡y encima invita a vinos! Con razón lo llaman “botellón cultural”. La cita para los bohemios comenzó a las siete de la tarde, en el Pretil de los Consejos, justo en frente de la Casa Ciriaco (calle Mayor, 84), donde situó el dramaturgo La Cueva de Zaratrusta. Tras dar la bienvenida a los fieles, el maestro de ceremonias animó a todos a pasar por esta entrañable taberna. En Casa Ciriaco daban la oportunidad de coger fuerzas, antes del largo camino, con un vinito tinto, quesito y choricito. Ante tan suculenta oferta, algunos se quedaron en esta primera parada, otros prosiguieron con la juerga literaria.

El siguiente punto llevaba a los bohemios hasta la casa del mismísimo Mariano José de Larra (calle Santa Clara, 3). Valle-Inclán gritó desde la calle a su ventana “Vamos, Fígaro, a buscar a Max Estrella”, a lo que muchos creyeron escuchar como respuesta “vuelva usted mañana”. Larra no bajó, pero sí lo hizo uno de sus descendientes, Don Jesús Miranda de Larra, que le dedicó la ya tradicional ofrenda de rosas. Ahora quienes pasan por su calle, pueden ver colgado de un árbol un gran ramo de estas flores, que poco a poco se secarán hasta ser sustituidas de nuevo por otras el año que viene.

El barullo y la muchedumbre suele ser tal, que de no ser por el sonido de la campana del maestro de ceremonia guiando al gentío más de uno se quedaría por el camino. Son muchas las paradas que recorren los bohemios. La siguiente llevaba hasta la morada del Padre Segismundo, punto clave entre los que fueron los hogares de Lope de Vega y Calderón de la Barca. La visita a los dos literatos se suele hacer rápida, pues los que ya han hecho el recorrido saben lo que les espera después: un buen chocolate caliente en la Buñolería Modernista, o lo que es lo mismo la Chocolatería de San Ginés.

Tras más de una hora de camino, los seguidores de Valle-Inclán por fin reponen proteínas con este segundo refrigerio. El viaje continuaba para todos, menos para los que se quedaron tomando un chocolate más, esta vez acompañado de churros. Las campanas se hacen sonar cada año por pleno centro de Madrid. La Puerta del Sol fue testigo de nuevo de dos paradas más: una en la Taberna de Picalagartos (esquina Sol con Montera) y otra en el Café Colón (Café de la Montaña).

El recorrido prosigue por Casa Correos hasta llegar a otro punto donde repostar: el famoso Callejón del Gato, donde se encuentran los espejos cóncavos del Bar Las Bravas. En este punto, y casi a las diez de la noche, el hambre suele poder con más de uno. No fueron pocos los que se quedaron engullendo un buen plato de patatas bravas.

El Ateneo y el Congreso -punto en el que los bohemios vieron coincidir a Don Ramón con Cervantes- eran las dos últimas paradas antes de llegar al colofón del “botellón cultural” en la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes. Pasadas las once de la noche el himno Babilonio puso punto y final a la última noche de Max Estrella, no sin antes disfrutar, como postre, de otro chocolate caliente. Bien comidos y bien bebidos, los bohemios se marcharon esperando regresar el próximo año con bota de vino en mano.

Alexandra Gail