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martes, 4 de mayo de 2010

REGALOS

Regalar no es nada fácil. Cuántas veces nos hemos comido la cabeza porque no sabemos qué comprar a nuestro chico. Hacemos en nuestro interior una especie de brainstorming, llenando nuestra cabeza de multitud de ideas que lo único que conseguimos es liarnos aún más la cabeza. Nos da vergüenza no acertar con la sorpresa. Es muy complicado atinar con la talla de ropa, ya que si es más grande cuidado no ofendas a esa persona. En cambio, si es más pequeña se puede enojar porque le estás insinuando que es poca cosa. Otra situación difícil se da cuando tienes que regalar a una persona con la que llevas viéndote un cierto tiempo. Los regalos dicen mucho y un detalle o un buen regalo es una cuestión compleja. Si es un pequeño detalle se puede pensar que no le importas lo suficiente y si es ostentoso, muy caro y espectacular puede creer que estas yendo demasiado deprisa y que te estas precipitando. Con los familiares también es complicado. Yo recomiendo siempre preguntar a la persona más cercana, y si es ella quien se puede encargar de comprarlo, mejor. Hay más posibilidades de acertar, y en el caso de equivocarte siempre puedes echar la culpa a alguien.

Lo que es irrebatible es que cuando un regalo gusta de verdad lo percibes de inmediato. Su expresión corporal, su estado de ánimo y la gratitud aumentan de manera exponencial según le guste o no. Por ese motivo quiero aconsejaros unos planes que hagan que sean especiales esos regalos. Porque un regalo no tiene que ser material. También se pueden regalar momentos, instantes mágicos que probablemente recordarán y agradecerán más que con un simple obsequio.

Vértigo y adrenalina
Para los amigos intrépidos y valientes que buscan emociones fuertes; para la pareja que no tiene miedo y que vive el día, un salto en paracaídas. Esta sorpresa tiene sus riesgos, pero lo más probable es que siempre lo recuerde.

Velocidad y control
¿Qué hombre no ha soñado con ser Valentino Rossi o Fernando Alonso? La velocidad va dentro del ADN de la mayoría de hombres. Desde niños hemos soñado con pilotar un coche de carreras o nos hemos sentido profesionales del mundo del motor pisando el acelerador por una radial. Los sueños se hacen a veces realidad y qué mejor que regalar un sueño. Una clase de conducción en un circuito cerrado marcará a una persona.


Pasión y emoción

El fútbol es el deporte rey y sobre todo el preferido para los hombres. Nuestro estado de ánimo se ve afectado por la emoción del balón pie. Unas veces alegrías y la mayoría de las veces disgustos. Ver la final de un torneo de fútbol o presenciar en directo un mundial, no tiene precio.


Aventura y naturaleza
Siempre nos hemos sentido aventureros. Intentamos escalar paredes, trepar árboles, hacer saltos imposibles. En repetidas ocasiones nos ha entrado el gusanillo de hacer ráfting, tirolina, senderismo, jugar a los indios y vaqueros. Una escapada un fin de semana, disfrutando de la naturaleza y el deporte de aventura es un regalo sano e inolvidable.



Eduardo Aguíñiga

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